Aspectos económicos
del Patrimonio Cultural I
Desde las primeras
prácticas y tratados renacentistas sobre el redescubrimiento de monumentos
clásicos, los inventarios y ordenanzas
de protección de monumentos de la revolución francesa y entre los vaivenes de
las polémicas restauraciones estilísticas de Viollet Le Duc y los principios románticos
de conservación de Ruskin, fueron forjándose las teorías y conceptos vinculados
a la disciplina de la Conservación y con ellas la noción de Patrimonio.
Las tendencias
actuales, derivadas del restauro científico de Cesare Brandi y los tratados internacionales, aún conllevan fuertes contradicciones que
manifiestan la complejidad teórica del tema.
Hoy se acepta que el patrimonio
es un concepto cambiante en tanto es una construcción de la sociedad y varía
junto con los cambios en sus paradigmas[1].
En 1972, La Convención
de la UNESCO define los bienes culturales a partir de la enumeración de
monumentos, objetos artísticos, arqueológicos, etc. que tengan un valor
universal excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte o de la
ciencia.
El Patrimonio cultural
tiene un aspecto material, con dimensiones física (el soporte mismo) y
mecánica (las relaciones entre objetos y
su entorno). Lo que diferencia al bien
cultural es su dimensión inmaterial, que
puede estudiarse desde el punto de vista cultural, político o económico. [2]
La valoración
El Patrimonio es
definido por la Real Academia como hacienda, conjunto de bienes. En cuanto se habla de patrimonio nacional,
aparece la noción de valor[3].
Uno de los aspectos
económicos esenciales del patrimonio cultural es su valor. El
valor económico es el valor dado por el precio de transacción o de
mercado. En general aquí sólo se mide el
valor del aspecto físico del bien.
Desde la dimensión cultural, existe un valor sociocultural que confiere una identidad determinada a un pueblo, comunidad o país y expresa su forma particular de ser y de hacer. Por este valor sociocultural (artístico, histórico, etc.) es que el bien cultural es preservado.
La valoración de este plus mencionado puede hacerse desde varias ópticas[4]:
Valor de existencia
el valor de existencia se vincula
estrechamente con el valor de simbología, de recuerdo, que transmite una experiencia común del pasado. El patrimonio es un bien colectivo bajo esta
visión. Es estático, delimitado por
expertos y aceptado por la sociedad.
Valor de uso,
la sumatoria
de las experiencias individuos (visitas, divertimento, aprendizaje) que están
dispuestos a una propuesta de pago. Es
dinámico y cambiante. Ej. Turismo cultural.
El valor de uso está
relacionado al consumo de los bienes
culturales en el presente. Éste se da como goce del bien; uso para investigación científica o artística;
insumo para la educación y cultura. Pueden
darse externalidades económicas
positivas cuando el consumo es en conjunto con otros bienes culturales
afines, aumentando su valor por la sinergia del creciente interés y
apreciación.
Valor de creatividad,
se trata de la capacidad colectiva de la reinterpretación, intercambio, descubrimiento e hibridación del patrimonio a partir de su reproducción mediática-web. Que permite pasar de un movimiento vertical de imposición de lo que entra en el concepto de patrimonio a partir de la ley experta, a un esquema horizontal, donde se aporta desde diferentes lugares en simultáneo. El patrimonio vuelve a ser un bien común y permite la construcción del futuro del bien.
Los bienes
patrimoniales no se cotizan en el mercado inmobiliario, sólo pueden obtenerse
valores de reposición, valor del terreno, valor de la construcción. Es decir justipreciar sólo el aspecto
material en su dimensión física.
Las metodologías para
calcular el valor sociocultural del patrimonio son tomadas de la disciplina
ambiental, donde se utilizan para medir valores no tangibles de los recursos
naturales y biodiversidad. Ninguno de los métodos de valoración aplicado por
separado brinda una solución al problema de la valoración de los bienes
culturales, por eso se aconseja aplicarlos complementariamente.
MDP: método de disposición a pagar.
Mide el precio que un individuo está dispuesto a pagar por el uso o goce de un bien. (incluye el enfoque de precios hedónicos [8] y costo de viaje)
Mide el precio que un individuo está dispuesto a pagar por el uso o goce de un bien. (incluye el enfoque de precios hedónicos [8] y costo de viaje)
MVC: método de Valoración Contingente.
Creación de un mercado virtual a través de encuestas que simulan alternativas, que permiten inferir las preferencias de los encuestados y valorizarlas. Ha sido aplicado ampliamente a bienes ambientales.
Creación de un mercado virtual a través de encuestas que simulan alternativas, que permiten inferir las preferencias de los encuestados y valorizarlas. Ha sido aplicado ampliamente a bienes ambientales.
Plebiscitos.
En ellos se consulta sobre las propuestas de financiamiento y rankings para la adquisición, conservación y restauración de los bienes culturales.
En ellos se consulta sobre las propuestas de financiamiento y rankings para la adquisición, conservación y restauración de los bienes culturales.
Sustentabilidad del patrimonio cultural.
Implica también a las externalidades producidas por las decisiones económicas sobre el patrimonio cultural, tanto espacial como temporalmente, recogiendo el concepto intergeneracional.
Implica también a las externalidades producidas por las decisiones económicas sobre el patrimonio cultural, tanto espacial como temporalmente, recogiendo el concepto intergeneracional.
Es difícil reflejar
los cambios de valoración por generaciones futuras, incertidumbre del proceso
tecnológico, etc. en una metodología concreta.
El valor dado a partir
de la oferta se relaciona con la escasez y el estado de conservación; y la
demanda del bien a través de las preferencias observadas (MDP) o anunciadas (MVC,
plebiscito).
[1] Según Xavier Greffe un bien pasa a ser bien cultural mediante la comunicación (alta significación), la característica de Cientificidad (alto valor histórico o científico); o lo Económico (su desaparición supondría una pérdida para la comunidad.
[2] Conceptos generados en “El Patrimonio Escolar Edificado en la Gestión Ambiental de la Ciudad de Buenos Aires”, Tesis de maestría GAM, UBA, documento preliminar, Vanesa Bauleo Diarte
[3] Patrimonio nacional: m. Econ. Suma de los valores asignados, para un momento de tiempo, a los recursos disponibles de un país, que se utilizan para la vida económica. R.A.E.
[4] Aquí sigo a Xavier Greffe en “La economía política del patrimonio cultural en tiempo del desarrollo sostenible”Wale’Keru- Revista de investigación en cultura y desarrollo, N°2, pg 17-25
[5] Notas basadas en el artículo: “Patrimonio cultural: aspectos económicos y políticas de protección” M. Krebs y K. Schmidt-Hebbel; Perspectivas, vol.2 N°2, mayo, 1999, Departamento de Ingeniería Industrial de la Universidad de Chile.
[6] Precio hedónico: se utiliza para comparar bienes de distinto nivel de calidad. El vocablo deviene del
hedonismo, y evalúa qué tanto placer producen las características de ese bien no tanto el producto en sí o su utilidad.
[7] Notas basadas en el artículo: “Patrimonio cultural: aspectos económicos y políticas de protección” M. Krebs y K. Schmidt-Hebbel; Perspectivas, vol.2 N°2, mayo, 1999, Departamento de Ingeniería Industrial de la Universidad de Chile.
[8] Precio hedónico: se utiliza para comparar bienes de distinto nivel de calidad. El vocablo deviene del hedonismo, y evalúa qué tanto placer producen las características de ese bien no tanto el producto en sí o su utilidad.
[7] Notas basadas en el artículo: “Patrimonio cultural: aspectos económicos y políticas de protección” M. Krebs y K. Schmidt-Hebbel; Perspectivas, vol.2 N°2, mayo, 1999, Departamento de Ingeniería Industrial de la Universidad de Chile.
[8] Precio hedónico: se utiliza para comparar bienes de distinto nivel de calidad. El vocablo deviene del hedonismo, y evalúa qué tanto placer producen las características de ese bien no tanto el producto en sí o su utilidad.
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